
El consejo del experto: para que sus palabras no se desvanezcan con el paso del tiempo, aplique una capa de parafina a la cara escrita. Derrita la parafina en un cazo y, cuando esté totalmente líquida, moje la etiqueta con el texto ya escrito, sin tocar el líquido con los dedos. Recuerde que quema. Saque la etiqueta enseguida y deje que suelte el líquido sobrante. Por último, deje secar la etiqueta al aire libre durante unos segundos.