¿Qué es el acolchamiento?
El acolchado o mulching es una técnica muy habitual en huertos y jardines. Básicamente se trata de cubrir el suelo con una capa de protección con el objetivo de evitar que el sol incida sobre el sustrato y evapore el agua. Además, ayuda a mantener la temperatura del interior y regula la aparición de malas hierbas.
¿Qué plantas o cultivos acolchar?
Pues prácticamente todos ellos, desde verduras, árboles, arbustos, parterres o plantas en jardineras.
Las ventajas de aplicar un buen acolchado:
Son muchos los beneficios de acolchar, no solo en el huerto, también en parterres o incluso en macetas. Aunque ya conoces su principal finalidad, el acolchamiento no solo limita el crecimiento de las malas hierbas:
- Ralentiza el secado del sustrato y por tanto, reduce la frecuencia de los riegos.
- Proporciona nutrientes al suelo y mejora su calidad, ya que al degradarse el acolchado se convierte en humus, que enriquece la tierra.
- Evita la erosión causada por el escurrimiento.
- Protege de las inclemencias como el frío, el viento, el calor o las lluvias abundantes, evitando que el suelo se compacte.
- Ayuda a calentar el suelo, favoreciendo el crecimiento de las plantas.
- Minimiza la necesidad de utilizar herbicidas químicos o ecológicos, que siempre requieren una inversión de tiempo y de dinero.
- Evita el crecimiento de las malas hierbas. ¡Olvídate de retirarlas manualmente!
- Añade un toque decorativo al jardín. Muchos acolchados tienen una doble función: protección y decoración
Tipos de acholchados
En la actualidad encontramos una gran cantidad de diferentes tipos de acholchados, tantos que a veces puede resultar complicado elegir el mejor para un determinado espacio exterior.
En primer lugar, debemos diferenciar tres tipos de acolchado: el orgánico o natural, el mineral y el sintético.
- Acolchado natural: Se trata de uno de los procedimientos más populares, ya que permite reaprovechar materiales que encontramos fácilmente. Consiste en utilizar elementos vegetales como paja, césped cortado, hojas secas, corteza, restos de poda, hasta incluso periódicos. Utiliza aquellos que se deterioran más rápidamente en plantas o cultivos de temporada, y los más resistentes en plantas perennes como árboles, arbustos o setos. También encontrarás acolchamiento natural en formato de rollo, como Flaxhemp, una alternativa hecha a base de cáñamo y lino prensados, que resulta muy cómoda a la hora de colocar. Además es biodegradable, de forma que solo tendrás que colocarlo y él solo se irá degradando lentamente, ofreciendo nutrientes orgánicos al sustrato.
- Acolchado mineral: Quizá este nombre no te diga nada a priori, pero seguro que lo habrás visto miles de veces. Los más utilizados son las bolitas de arena, guijarros, grava, piedra volcánica o la puzolana. Este tipo de acolchado es especialmente práctico para plantas que necesiten mantener un alto nivel de temperatura en las raíces (como las plantas de rocalla) ya que no solo es muy resistente y duradero, sino que también calienta el suelo.También puedes utilizar este tipo de acolchamiento poniendolo en el fondo de tus jardineras: al ser estable y muy duradera actuará como aireante natural.
- Acolchado sintético: Sin duda, el tipo de acolchado más utilizado tanto por su larga vida útil como por ser la solución más económica. Están fabricados con materiales muy duraderos y su estructura garantiza una extraordinaria resistencia al paso, incluso el del cortacésped. Algunos como Weedsol o Groundsol cuentan con tratamiento anti-UV, por lo que mantienen una alta opacidad durante mucho más tiempo. Puedes encontrar este tipo de acolchado en color verde, negro, marrón o blanco por lo que se integran en cualquier ambiente.
Existen otros tipos de films sintéticos destinados específicamente a proteger y favorecer el crecimiento de los cultivos, como Terrafilm o Fresafilm. Sus grosores son ideales para cultivos de corta duración.
¡Y recuerda! Si un acolchado no te convence estéticamente, basta con superponer dos tipos diferentes, como corteza encima de una lona o pizarra encima de una tela de acolchado.
Qué debes saber antes de colocar el acolchamiento:
Se trata de un procedimiento muy sencillo, aunque debe realizarse a conciencia.
Uno de los errores más comunes es colocar el acolchado justo encima de la base de los árboles y plantas, fomentando así la proliferación de plagas, enfermedades y pudrición. Por eso, es importante mantener el mantillo un poco alejado de la base de las plantas, para favorecer la circulación del aire alrededor del tallo.
Si elijes acolchado natural, como hojas, paja o corteza, la capa deberá tener un grosor de unos 7 cm, con los que aportarás la opacidad necesaria. Ve reforzando este acolchado de forma periódica con nuevas capas a medida que veas que se deterioran. Si colocas mulching sintético o preparado como en el caso de Flaxhemp, bastará con que coloques una capa y lo fijes las grapas de fijación.
La climatología también es importante, ya que según ella tendrás que elegir una u otra solución. Por ejemplo, si vives en una zona ventosa, te recomendamos fijar el acolchado con grapas para evitar que se levante. Si hiela de forma habitual durante el invierno, asegúrate de no colocarlo encima de tierra helada, ya que retrasarás el deshielo, pudiendo llegar a afectar a las raíces de tus plantas.
Como colocar el acolchado:
- Paso 1: Elimina las malas hierbas
Basta con que elimines las más grandes y las que encuentres a simple vista, el acolchado acabará con las más pequeñas y débiles al bloquear el paso de la luz. Eso sí, recuerda que el acolchamiento no es un herbicida y las malas hierbas podrían volver a crecer si no las retiras bien antes de colocarlo. Asegúrate que las plantas o cultivos han comenzado a crecer, de lo contrario, podrías enterrar accidentalmente algo que todavía no haya brotado.
- Paso 2: Extiende el acolchado
Utiliza las manos y asegúrate de dejar suficiente espacio para que el tallo respire. Si lo necesitas, fíjalo con grapas para asegurar que quede bien colocado.
- Paso 3: Riega tras colocar el manto
Este paso es opcional, aunque recomendable para empezar a hidratar el suelo y aportar peso.
Cuándo colocar el acolchado:
Una de las preguntas que más nos hacéis es cuál es el mejor momento para colocar el acolchamiento. Sin duda, la primavera y el verano son las dos épocas ideales para cambiarlo, te contamos el porqué:
- En primavera, las temperaturas suben y también las de la tierra por lo que es un buen momento para airear el acolchado o cambiarlo. De este modo, estará en óptimas condiciones durante los meses en los que más disfrutarás de tu espacio exterior. Ponlo justo después de las últimas heladas, mientras notes el suelo todavía húmedo.
- En verano y durante los meses de más calor, el acolchado actuará acumulando la humedad de la noche y los riegos. De esta forma, te ayudará a mantener el suelo nutrido durante más tiempo.